En estos días, buena parte del mundo tendrá sus ojos puestos
en Bahrein. Al menos los amantes de la Fórmula 1 ya que allí se correrá una nueva edición del Gran Premio de la categoría. Pero más allá de lo
automovilístico, me puse a pensar que podría ver y hacer en Bahrein si tuviese
que pasar allí, por ejemplo, tres días. A continuación les cuento mi imaginario
plan de viaje.
Primero quise saber algunos datos básicos del país. Por
ejemplo que es un archipiélago ubicado en el golfo Pérsico. Está formado por 5 islas y
más de 30 islotes. La mayor de las islas también se llama Bahrein y allí se
asienta la capital del país: Manama. El idioma oficial es el árabe aunque
también se habla inglés. Es un gran productor de petróleo y un importante
centro financiero. Si bien no es un destino netamente turístico, se observa una
mayor apertura hacia quien lo visita. Y una curiosidad: está unido por un puente de 25 kilómetros a la vecina Arabia Saudita.
Conociendo Manama
A primera vista Manama es una ciudad donde predomina el lujo, promovido por
las riquezas petroleras. Modernas autopistas y avenidas conectan las zonas
comerciales y los imponentes rascacielos y hoteles.
Pero Manama también tiene una historia centenaria y un rico patrimonio
cultural. Y a escasa distancia de la modernidad sobrevive, con todo su encanto,
la ciudad vieja.
Allí se puede pasear por el Zoco Tradicional de Manama para comprar, regateo
mediante, especias, frutos secos, prendas árabes y todo lo que se le ocurra.
A poca distancia se puede visitar el Fish Market donde a
diario se recibe el marisco fresco de Bahréin.
No lejos de allí se encuentra el Fuerte de Bahréin
declarado como patrimonio de la humanidad. Es un sitio de visita obligada para
conocer la rica historia de esta ciudad.
Vista del Fuerte de Bahrein, Patrimonio de la Humanidad (Foto CosmoPolitician) |
El primer día puede terminar con una visita al World Trade Center de Manama,
uno de los edificios más altos del país, constituido por dos torres gemelas.
Una curiosidad: el edificio cuenta con tres aerogeneradores. La forma de vela
de las torres, además del sorprendente diseño estético, actúa como embudo para
el viento.
Torres gemelas del World Trade Center, en Manama (Foto Harold Laudeus) |
Segundo día en Manama
Una interesante opción para la segunda jornada
en Manama es la visita al Museo Nacional de Bahréin, el más
antiguo de los museos del país y el más importante. Alberga una interesante
colección de piezas arqueológicas que cubren 6000 años de la historia.
Luego se puede visitar la Gran Mezquita Al Fateh, es un templo musulmán de dimensiones imponentes. En su
interior pueden rezar unos 7000 fieles. No lejos de allí se encuentra el Palacio
real.
Las playas en Manama son reconocidos por su tranquilidad y
serenidad. Una buena opción es destinar una parte del día en Al
Jazzaier, su playa más popular.
Día 3: Rumbo al desierto
Tal vez no hayamos conocido todos los rincones de Manama, pero no podemos
dejar Bahrein sin visitar el desierto. El país encierra maravillosos paisajes con
la arena como protagonista. Es común ver fortalezas color ocre que dominan el
desierto y el mar. También se levantan mezquitas, al resguardo de los palmerales que las alivian de los cálidos vientos. Estos vergeles son verdaderos remansos.
El árbol de la vida
Tal vez pensemos que no es más que un árbol. Sin embargo esta antigua acacia
perdida en medio del desierto, merece ser el punto culminante de nuestro viaje por el reino de Bahrein.
Según la leyenda es el único vestigio del mítico jardín del Edén. Su fuente de
aprovisionamiento en agua sigue siendo un misterio. Antes de dejar Bahrein,
destinemos un tiempo a disfrutar de su sombra.
Un buen punto final para un viaje por un país poco conocido y con miles de
cosas por descubrir.
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