Viajar siempre es un placer, aunque a la
hora de emprender viajes con niños es bueno tomar ciertas precauciones.
Con esa premisa empezamos, mi esposa y yo,
a planificar nuestra escapada a Sierra de la Ventana.
Para quienes no conozcan, les cuento que
estas sierras se ubican en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires,
Argentina. Junto a las sierras de Tandil y Balcarce son de las pocas
elevaciones que rompen la monotonía del paisaje pampeano.
Era la primera vez que saldríamos con
nuestras niñas, por estos días de cinco y dos años. El paseo nos planteaba dos
"puntos críticos": como se comportarían durante los casi seiscientos
kilómetros de viaje en auto y, una vez en nuestra cabaña, que haríamos en caso
que llueva.
Para esto último, aprovechado los
razonables precios de la temporada baja, optamos por alojarnos en un apart
hotel que además de un amplio parque con juegos infantiles contaba con pileta
climatizada cubierta. Ese fue un gran acierto ya que cuando la lluvia se hizo
presente pasamos varias horas muy agradables en la pileta.
Papá, ¿por qué se llama Sierra de la Ventana?
-
Porque hay un
cerro que en la parte de arriba tiene un gran agujero, que parece una ventana.
Esta explicación alcanzó. Justamente el
cerro Ventana es el ícono y el que da nombre a toda una comarca de gran
belleza.
Vista de las sierras desde la ventana (FOTO Wikimedia) |
Desde la ruta se puede acceder a un
mirador para contemplar las sierras, en especial “la ventana”. El ascenso al
cerro, que demanda unas cinco horas entre ida y vuelta, no estaba previsto en
nuestro viaje.
Sí teníamos la intención de recorrer
alguno de los senderos del Parque Provincial Ernesto Torquinst, que protege la
geografía, fauna y flora de las sierras. Sorpresivamente nos encontramos que
estaba cerrado. ¿El motivo? Había llovido 48 horas antes…Yo tampoco entendí
pero no quise seguir preguntando…
El recorrido nos llevó a Villa Ventana, un
pequeño y pintoresco pueblo bordeado de arroyos, enmarcado por sierras y que en
sus tranquilas calles de tierra se reparten casas, cabañas en alquiler,
restaurantes y negocios de artesanías.
La ciudad más poblada de la comarca es
Sierra de la Ventana,
a la que se accede por un amplio bulevar que termina en la pintoresca estación
de ferrocarril. A ambos lados de esta avenida encontramos restaurantes y galerías
comerciales. Aunque no tiene la mejor vista de los cerros, en Sierra, está la
mayor oferta hotelera y de servicios. Imperdible la subida al cercano Cerro
Ceferino, apto para todas las edades, desde cuya cima se tiene una hermosa
vista panorámica de la ciudad. En Sierra también se puede visitar alguno de sus
balnearios, la vecina Villa Arcadia, recorrer el barrio del Golf, con lujosas casas o simplemente caminar
por sus tranquilas calles.
Para el regreso, igual que a la ida, planificamos
algunas paradas para desayunar, almorzar o merendar y que de esta manera se
distraigan (al menos por un rato).
Llegando a Sierra de la ventana en tren. |
La ruta entre Buenos Aires y Sierra no es
de las mejores. Muchos camiones, calzada en mal estado y casi ninguna
señalización. A poco de andar 40 kilómetros se escuchó el primer “¿Papá,
falta mucho?" Fue necesario exigir al máximo la paciencia.
De todos modos la estadía se disfrutó y mucho.
Lo confirmamos cuando las niñas preguntaron, Papá, ¿nos podemos quedar a vivir
acá?
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