miércoles, 21 de enero de 2015

Península Valdés, santuario de fauna en la Patagonia

Hay lugares que atraen por la belleza de sus paisajes. Belleza que puede ser la serenidad de un lago rodeado por montañas o la deslumbrante caída de agua en una catarata.

Otros sitios, en cambio se destacan por su privilegiada arquitectura, ya sea moderna o llena de historia.

Y existen también rincones del mundo que son reconocidos por dar refugio a ciertas especies animales que son un atractivo en sí mismo. Tal es el caso de la Península de Valdés, sobre la costa atlántica, al noroeste de la Patagonia Argentina. Es decir, al norte del sur.
Santuario de fauna

Este rincón del planeta es el refugio de pingüinos de Magallanes, toninas, orcas, elefantes y lobos marinos.


Pero sin dudas la estrella del lugar es la ballena franca austral, que cada año, entre junio y diciembre visita estas aguas.
¡Mirá el video y agenda este destino para tus próximas vacaciones!

Para visitar la zona, se puede hacer base en Puerto Madryn o en Trelew, dos ciudades que cuentan con todos los servicios que requiere el turista.
Desde allí parten las excursiones para visitar la pingüinera de Punta Tombo y las navegaciones para ver de cerca a las gigantescas ballenas. Recientemente se han comenzado a realizar salidas en una nave semisumergible que permite hacer avistajes submarinos. ¡Imperdible!
Muchos más que ballenas
Conocer la fauna única de Valdés es motivo suficiente para una visita. Sin embargo los atractivos no se agotan allí. En Madryn, bien vale una visita al Ecocentro, una institución que realiza acciones culturales, educativas y científicas sobre la fauna marina.
En Trelew, se puede hacer un viaje a la prehistoria. El patrimonio del Museo Paleontologico Egidio Feruglio, con huesos y miles de fósiles permite conocer el mundo de los dinosaurios. El cercano Geoparque Bryn Gwyn es una extensión del museo y funciona como una muestra paleontológica al aire libre.

Gales al sur
Vale prolongar un día la estadía para conocer la cercana ciudad de Gayman, un pueblo fundado por los galeses que fueron los pioneros en estas tierras del sur. Allí aun se puede revivir sus costumbres y sobre todo su gastronomía.

En pintorescas Casas de Té, se puede degustar la exquisita torta negra galesa, los panes, los scones, las mermeladas caseras y el Queso Chubut.
Un excelente final para un viaje inolvidable...

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